miércoles, 1 de mayo de 2013

Escrito: Sé Feliz.



Sé feliz, porque los ríos cantan aunque tropiezan entre las rocas. Sé feliz porque hasta la tristeza no logra su derrota. Sé feliz, porque eso es vivir.

Sonríe porque tu vida trata de mantenerte en pie, sin cuestionarse nada más que para no volver a errar. No le temas al olvido, ni a tu soledad. Entiende que es parte de la vida mantener el equilibrio del recuerdo, mantener la estabilidad de una memoria sin mente que la apremie. Y si crees que estás perdido entre la duda, recuérdate a ti mismo que de ella nace la solución; esa que trae consigo el mundo que debes imaginar.

No le temas a soñar, es cuestión de hombres mantener una meta, sumergirse en ella para encontrar su camino. Sé feliz aunque tus esperanzas no se cumplan, porque siempre puedes ser la mano que ayude a su prójimo a alcanzar la meta.

Envidia sólo cuando no tengas medios para tener lo propio; lo que sería nunca, no te engañes, porque naciste con la fórmula del éxito. Odia sólo cuando no tengas voluntad de tolerar; lo que sería irónico, porque tu existencia depende de la tolerancia. Sé feliz, entonces, aunque tu corazón se nuble de prejuicios, porque sólo sonriendo tendrás el medio para iluminar tu camino.

Y si talvez quieras adelantar tu muerte, destrúyete mientras te sacrificas por el otro. Arriésgate a salvar una vida, para que aprendas a agradecer tu suerte. 

No te engañes creyéndote único, eres parte del todo, pero con miel. Creas lo que eres porque eres lo que creas; así te hizo el mundo, a su manera. Por lo que entenderte como aparte, es halar el mundo hacia ti, con sus problemas extendiéndose a tu paso. Sé feliz, entonces, porque tienes semejantes; puedes conocer y amar, eso es lo único.

Sé feliz, en conclusión, no hay nada más sabio. Mantener una sonrisa es alzar vuelo en las mañanas. Disfruta tu existencia como el árbol disfruta paciencia. No te empobrezcas a ti mismo; sonríe, ama, sé feliz.

martes, 29 de enero de 2013

Soy un Escritor





Soy un mensajero del talento. 
Un intérprete del hombre. 
Una página de paisajes y una frase de amor. 

Soy el horizonte de entendimientos, 
lo subjetivo del consuelo. 
La cansada agonía que nos regala un lamento.
Y la impureza, la más hermosa destreza.

Soy el ave que acaricia el prado
El valle de extensos nevados. 
Y la injusticia, la más oculta rebeldía. 

La página que describe el llanto 
y el libro que idealiza lo parco. 

Soy el Señor Darcy paseándose por la Mancha.
El corazón delator en uno de los círculos del infierno.
Soy el viejo y el mar, cazando a Moby-Dick.
Soy el espía que surgió del frío,
mientras presenciaba la segunda fundación.

Soy El amante de Lady Chatterley,
ideando su "Voyage au centre de la Terre".
Soy cien años de soledad, desde 1984.
Y soy Hamlet en las confesiones de una máscara.

El crimen y castigo de Edipo.
Soy las crónicas vampíricas retando a Drácula.
El Aleph amistándose con el Conde de Montecristo.
Y Sherlock Holmes sorprendido por el extraño caso de Dr. Jeckyll y Mr. Hyde.

Soy el gran Gatsby en una riña con el hombre de la arena.
El perfume que nace de el nombre de la rosa.
Dorian Gray y Fausto soñando una vorágine.
Y soy la ciudad de los perros sufriendo una metamorfosis.

Soy la insoportable levedad del ser lamentando la muerte de Artemio Cruz.
La náusea en el viaje de la Odisea.
El extranjero intrigado por las ciudades invisibles.
Y Las mil y unas noches de los hermanos Tanner.

Soy los miserables, maravillados por Lolita.
Mio Cid preocupado por el trópico de cáncer.
Ulises en un mundo feliz.
Y soy el ruido y la furia sobresaltados en el túnel.

Soy lo imposible.
La infracción de lo real.
Soy lo magnífico y cierto.
Y el ingeniero de sueños.

Soy un escritor.

lunes, 28 de enero de 2013

El Lenguaje para censurar la Pornografía





Hace un tiempo, durante una visita, mientras acompañaba a una gran amiga a una exposición de la cultura japonesa, me llamó la atención, más por morbos masculino que por otra cosa, una revista de ánime explícito o, lo que se llama comunmente, "Hentai". Mientras estaba mirando la cantidad de dibujos y la interesante caligrafía japonesa, mi amiga se acercó a mí, sonriente, y me dijo "¿te gusta?" Era obvio que la respuesta era acertada, la lujuria masculina es muy tosca, por lo que mi respuesta se entendió al asentir mi cabeza. Ella, un poco más seria, tomó otra de las revistas y, señalándome la caligrafía, me explicó: "los japoneses, para evitar que los menores de edad lean este tipo de cosas, utilizan otro tipo de caligrafía con las revistas o contenidos para adultos. Así evitan que los niños entiendan el lenguaje utilizado".


Luego de todo esto, mucho tiempo después, se me presentó la incalculable duda que todavía hoy me revuelve las ideas: "¿Por qué, los de habla hispana, no adoptamos también esta medida? Podríamos utilizar una gran variedad de palabras sofisticadas para evitar que los niños ensucien desde temprana edad su inocencia y, siendo el caso, si aprenden estas palabras, podrían honrarse de tener un vocabulario explícito de lo más noble". Con todo esto entonces, por ejemplo, la profesión de actor porno se podría denominar "Actor de concupiscencia in modus vivendi". No creo que un niño, en su sano juicio, sepa el contexto del que se está hablando si alguien dice que pertenece a esa "exclusiva" profesión. De igual forma podríamos modificar el lenguaje que se utiliza para cada parte del cuerpo que opere en la sexualidad, apoyándonos en las hermosas palabras científicos o en el apropiado latín. Por ejemplo, podríamos utilizar, en vez de la gran cantidad de nombres que le atribuyen al órgano sexual femenino, palabras como "femina vulva, conjunto labial femenino o, de una forma más poética, dulce arrollo de regodeo brioso". Para el órgano masculino, la cantidad parece sorprendentemente mayor: "pincel de sonrisas de Afrodita, falo carnal extenso (o no), el carisma del amor, el ligno vitae o leño valeroso de perecedera aplicación". Para el, a menudo utilizado, "anillo de detritos", el nombre más apropiado es este mismo, pudiéndose denominar también, como poema, como una "opción de delicado trato". Para los inquietantes pechos, podríamos utilizar: "Sinuoso en proyecto de utilización no natural" si hablásemos de su uso sexual o, más delicadamente, "Infantem cibum, hominis felicitatem" que significaría "alimento del recién nacido, dicha del hombre". Como ven, la utilización es tan extensa como posible.


Luego de todo esto, también sería adecuado cambiar el lenguaje obsceno de los guiones de las películas, haciendo combinaciones con estos nombres para formar espléndidos poemas de dramaturgia. Por ejemplo, las actrices deberían de conocer el extenso idioma y, hablándole a su pareja, decirles "Lléname de dicha celestial, inunda tu pincel de sonrisas de Afrodita en mi dulce arroyo de regodeo brioso". También podrían ser un poco menos explícitas si dicen "báñame con tu semilla, llena con júbilo mis sinuosos en proyectos de utilizaciones no naturales". ¿Qué joven podría entender el morbo de una oración tan poética, tan científica?

Las opciones serían maravillosas, no sólo regalándonos un mundo pornográfico más culto; en el cual sus representantes tendrían en su mano libros de Shakespeare para poder recitar apropiadamente oraciones de difícil entendimiento. Sino que los niños, si con curiosidad desearan adentrarse a este mundo, aprenderían un lenguaje muy avanzado a su edad y, en vez de llenar las escuelas con denominaciones burdas, hablarían con una "prosa" delicada de nuestra "dicha". Como ven, nada malo se sacaría de esta iniciativa. ¡A culturizar el morbo!

sábado, 26 de enero de 2013

El Mundo es una Ruleta de Fracasos





En cada día, en cada despertar, nos encontramos con que el mundo, por hoy y ahora, es diferente. Cada fenómeno en la vida del hombre se reduce a un simple comentario, a una frase mal dicha o a una sonrisa hipócrita. ¿Qué pasa desde hoy hasta entonces? La virtud de la dificultad, muy de ánimo de nuestro amigo Zuleta, se está convirtiendo en el karma del cual huyen los cobardes. Relaciones de esperanza terminadas por un "no más", matrimonios entre divorcios que dejan de anhelar un futuro juntos, amistades sin valor que se reducen a interés y más, y más, tendencias extrañas que me ayudan a concluir que el mundo tiende al "facilismo". ¿Que nos enseña más como personas que una relación? ¿Qué nos hace creer, entender, más que el amor? Pero hoy, todo aprendizaje, todo sentimiento, pasa por segundo ojo como si fuese algo desechable. Las personas, y son las personas, las que se están volviendo "facilistas". Ahora nadie se quiere esforzar por generar virtud en la paz, todos prefieren curarse ante de, sin importar el prejuicio, para salvarse de un mal amor; sin que entiendan que el desamor es el regalo más preciado, porque nos enseña a perder. ¿Cómo enfrentamos los problemas si no somos capaces ni siquiera de imaginarlos? Todo se reduce a un "no más", que genera entre nuestras dudas, la misma crisis social que vivimos. Ya nadie se quiere esforzar, ni para tolerar a la pareja en sus peores días, ni para comprender una mala reacción, ni para respetar las ideas del otro sin generar polémica. Ya nadie quiere pensar por el otro, todo se volvió bienestar individual. ¿Qué tipo de especie vamos a ser si todo se va a resumir en pensar en lo propio? Ya una relación se reduce al placer, al hecho de interés y a la propia tristeza de saber que "nunca nos entenderemos si no entendemos al otro".

Mientras el mundo siga como está, ya una flor es más sintética que las cabelleras coloradas de las "damas", a son de bailes exóticos que incitan a la falta de respeto absurdo. Ya los trajes de caballeros se reducen a gorras y motilados bárbaros, que hacen mirar con recelo desde automóviles prestados por parientes que se esforzaron por ello. La arrogancia seguirá siendo ajena y la envidia la maquinaria de la competencia. Mientras sigamos creyendo que la vía fácil es la correcta, ya no tendremos más Paganinis ni Picassos, Gaudí ni Cervantes.

Entre Mundos sin Sentido





Me distraje en ese preciso momento y no escuché las instrucciones, me sucede a menudo que cuando debo poner atención, otro pensamiento irrumpe en mi cabeza. Ahora no sé si para girar debo utilizar el botón azul o el verde. Es absurdo estar en situaciones así por capricho propio, ya que estar en duda sobre la correcta elección sólo es culpa mía. Presionar el incorrecto supondría el fin, no sólo de mis esperanzas, sino de mis mayores desafíos; los cuales se hacían intolerantes con las miradas curiosas, de los leones y los perros, que seguían acusándome con inescrupulosa afinidad. La decisión entonces es toda mía, ¡basta de teorías o conocimientos que nunca escuché, basta ya de perplejidades! Todo lo que pretendo es fortalecer mis lazos, como la rana al volante del carrusel andante que se ríe con su boca burlona, moviendo un dorado metal, mientras lleva de la cola a sus dulces renacuajos. Todo lo que intento es lograr dejar de ponerle atención a la cuchara, esa señora que no puede quedarse callada si de comida se habla. O talvez, sólo pretendo dejar de escuchar el sonido de la banda militar que con carisma dirige el desconocido libraco que siempre estuvo ahí pero que nunca fue apropiadamente tratado. Si tan sólo el mantel donde estoy volase como las servilletas aladas, traviesas en mis oídos, que huyen de las gotas de la lluvia rojiza que saben a vino. ¿Cuál botón entonces logrará hacerme girar? Un giro que me haga desconocer este absurdo paisaje de manteles y soles, árboles cristalinos y ríos florecidos. ¿Cómo puedo escapar de este mundo surrealista para evitar volver a escuchar al pan francés murmurando una trova, acompañando su ritmo un tenedor acordeonista, mientras golpea el extraño manantial glacial, en su barca en forma de plato de postre? ¡Estoy cansado de no entender lo que no puede ser comprendido! ¡Quiero saber de una vez por todas cuál es el botón!

La Verdad Sobre el Amor







Siempre pensé que la vida recompensaba a aquellos que sabían amar. Creí que nuestro destino era encontrar a alguien que lograse entender nuestros caprichos y que nos alegrase al consentir los suyos. Siempre pensé que nuestro mayor objetivo era decir “te amo” con sinceridad. Pero ahora entiendo que el amor es una meta inimaginable de sentidos que hacen del hombre un merecedor. Nuestro regalo no es el amor, es la lucha que corremos por alcanzarlo. Nuestro regalo no es esa persona, sino las enseñanzas que ella nos deja. Nuestro objetivo no es decir “te amo”, sino alcanzar mil estaciones a su lado. Nuestro destino es caminar entre sueños, que se endulzan con su voz. Es navegar entre nuestras carencias con un bote repleto de ilusiones. Nuestra vida se resume en amar, ser amado y vivir por siempre con esa ley. La ley fundamental, el amor.




‎El amor es el desenvolvimiento de nuestra felicidad, limitado por su capacidad de entristecernos. Es a esperanza que vive, luego de cada desilusión, y la decepción que nace por la desesperanza. Es la tierna voz del odio, regulado por nuestros sentidos, encaminado hacia nuestra voluntad de obrar, de ser y de sufrir. Es el tiempo de nuestras vidas, la aventura de nuestros días y la esencia de nuestra muerte. Es egoísta con sus anhelos, pero genero con sus recelos. Es nuestro más grande significado, nuestra más perfecta cima, nuestra realización y nuestro sentido. Nuestro carisma en el olvido y nuestra tristeza en el recuerdo. Es lo que es, porque el amor es un todo sin totalidad.






Hoy - Prosa de amor






Hoy quiero darle un lugar a alguien que ha logrado conquistar mi buena voluntad hasta el punto de forzarla para seguir avanzando aún en las peores adversidades. No es perfecta, lo cierto es que con muy pocas personas me he enfrentado tantas veces en razón y descontrol como lo hago con ella. Tampoco es lo mejor, pero sí se acerca a una idea de perfección que tenemos todos, sin exigirnos, aunque esto nos cueste nuestras críticas. No es ni la mejor, ni la peor, no se acerca a ninguna forma de catálogo, mantiene su tendencia única mientras confunde sus ropajes con unos gustos que enriquecen mi mirar cuando la veo. No es tampoco lo más importante, porque no es mi vida, pero sin ella ciertamente yo no tendría la capacidad de vivirla como lo hago ahora. No es la más profunda, se enoja constantemente por mis errores, pero tampoco es carente de sentido, sabe cuando se equivoca. Reconoce su falencias y las mías, se aprovecha algunas veces, pero casi siempre me motiva a conquistarlas con una sonrisa. No es la más tolerante, pero es lo suficientemente capaz como para soportar mis caprichos y mis impulsos, derramando algunas lágrimas a veces por querer completar el trabajo de conocerme. No es el tipo de belleza que siempre busqué, pero logró convencerme de que estaba equivocado, logrando con ello hacerme un apasionado de todo lo que signifique "ella". No sueña a menudo, prefiere tener un objetivo claro, alcanzable, para lograrlo concentrando su esfuerzo, por lo que se choca con mi espíritu soñador cuando hablo de más de todo lo que quiero alcanzar... ¿por qué les hablo de ella? La respuesta es simple: me ha enseñado lo que verdaderamente significa ser un hombre:

Discutir me ha generado una inexplicable necesidad de hacerla mi consuelo, logrando ser mi paradoja única mientras me enamoro de sus cejas enojadas para luego mejorar mis palabras punzantes; aprendí a vivir nuestra crisis para luego esforzarme por darle una verdadera sonrisa. Ser tan única logró que mi corazón entendiera nuestro valor, susurrando su nombre como medicina, así en vez de preguntarme "si es la mejor para mí", me cuestiono el "¿cómo la encontré?" Decir que cambio mi vida sería darle mucha importancia, pero sí tomó mi destino y lo puso a mi favor, lo manejó con su nobleza y me encaminó a un éxito que hoy día estoy comenzando a vivir; ella es mi éxito, porque con ella comencé de nuevo a vivir. Se enoja constantemente para darle honor a lo que es su totalidad, hace de sus furias un marco de una verdadera obra de arte, las encamina a sus lienzos de amor y le da una razón para seguir esforzándome para quererla; no sé imaginan cómo he aprendido a apreciar una "sonata" aún en su más oscuro "preludio" -cuando lo hagan entenderán el contraste que se necesita para decir que algo es una obra maestra-. Sus falencias y su capacidad de tolerarme se unen en una alianza de besos y abrazos de perdón, que se nutren con la maravillosa idea de ser mejor por querer cambiar a la otra persona a bien, logrando tumbar las barreras del egoísmo en un acto impecable de querer hacerme sentir pleno; no hay otra rosa más que quiera apreciar, aunque sus pétalos se marchiten, porque le agradezco por hallar en mí la voluntad de conquistar todos los días mis temores. Siendo recurrente se volvió mi mitad, mi contra parte y mi complemento. No sé si vaya a durar con ella, el tiempo es lo menos, lo que realmente sé es que el concepto cambió, logró cambiar, me abrió el mundo a una verdadera catástrofe de ideas que se centraron en contemplarla, en entenderla y en describirla.

Hoy quiero darle lugar a ella, porque por ella es por cual escribo.